La TCI (Transcomunicación Instrumental) es un conjunto de técnicas que permiten la presunta comunicación con personas fallecidas y captar voces o imágenes a través de instrumentos electrónicos de uso corriente. Decenas de miles de personas en todo el mundo buscan, con una simple grabadora, lograr el ansiado contacto. Otros, han sido testigos de llamadas telefónicas que atribuyeron a personas muertas. Los menos han conseguido mantener conversaciones a través de radios o construir equipos electrónicos especialmente diseñados.
Este libro es un recorrido por las más sorprendentes investigaciones llevadas a cabo en todo el mundo, la descripción de las más conocidas técnicas de experimentación y los más recientes análisis de voces e imágenes anómalas.
En este blog incluiré artículos, noticias y novedades que se vayan produciendo relacionadas con la TCI.

Carlos G. Fernández

jueves, 24 de abril de 2008

Psicofonías bajo condiciones de control

Es un argumento muy utilizado por los escépticos profesionales, e incluso por algunos parapsicólogos, el decir que nunca se han conseguido grabar psicofonías en condiciones de control. Y no estoy hablando de estar atentos en el momento en que se graba, ni tener los cuidados necesarios en toda grabación que se precie, sino de grabaciones en condiciones de control rigurosas, con pantallas que eliminen las interferencias electromágnéticas y en cámaras debidamente insonorizadas y atendiendo a todos los parámetros que pudieran causar confusión.
Pero no es verdad. Hubo experimentos suficientemente significativos, pocos, más bien escasos, menos de los aconsejables, pero en todo caso esclarecedores.
Aunque ya hace más de 35 años que se realizaron las grabaciones de Pye Records, en 1971, por casualidad recientemente tuve la oportunidad de charlar con uno de los mejores ingenieros de sonido en el diseño de estudios de grabación, que cuando se hicieron estos registros, que a continuación les contaré, estaba trabajando en el estudio británico. Me perdonarán si de momento no les cuento nada sobre este asunto, lo haré sin secretismos, aunque les avanzo que algunos de sus comentarios le devolvieron la frescura a aquel pionero e importante experimento.
Antes de hacer una pequeña descripción de aquella experiencia, solo quería añadir que en estos momentos en Estados Unidos se va a intentar reproducir aquel experimento, infelizmente olvidado incluso por los propios investigadores.

"En 1969, se publicó una completa recopilación de los trabajos de Raudive bajo el título de “Lo inaudible se hace audible”, donde se ofrecía además una grabación con una selección de algunas de las mejores “voces” obtenidas durante su experimentación. Su libro puso en alerta a un buen número de escépticos, argumentando que las “Voces de Raudive” eran solo falsas interpretaciones de electricidad estática, el propio ruido de la cinta y le acusaron de confundir emisoras de radio con voces de espíritus.
Dos años más tarde, en 1971, una importante editorial inglesa se interesó por lanzar una traducción al inglés del libro de Raudive. Con el fin de realizar algunas pruebas científicas que ofrecieran credibilidad al fenómeno de las voces, se realizaron algunos experimentos promovidos por la editorial Colin Smithe, celosa de guardar su prestigio antes de arriesgarse a divulgar un fenómeno tan extraño.
Para el primero de estos experimentos, se convocó a un grupo de profesionales del sonido en Gerrard’s Cross (Buckinghanshire). La supervisión de las pruebas estaba a cargo de Pye Records Ltd, con el asesoramiento de los técnicos de sonido Ray Prickett y Keith Attwood. Cuatro magnetofones captarían diferentes sonidos y se utilizaron diversos equipos protegidos contra emisiones espúreas. Como observadores se encontraban Colin Smithe, Peter Bander, Sir Robert Mayer y el propio Raudive. Los magnetofones grabaron durante 18 minutos, durante los cuales un medidor especial indicaba que algo estaba registrándose en las cintas, aunque los auriculares de monitoreo no indicaban nada.
Durante la reproducción del material grabado, los presentes no salieron de su asombro. Se habían registrado más de 200 voces, 27 de las cuales eran perfectamente comprensibles. Incluso Sir Robert Mayer creyó reconocer en una de ellas la voz de su amigo Arthur Schanabel, concertista de piano ya fallecido.

Aislados de las radiofrecuencias

El segundo de los experimentos se realizó tan solo tres días después. Esta vez fue en los estudios de la Belling & Lee, ubicado en Enfield. Este laboratorio estaba equipado con una pantalla de radiofrecuencia que impedía que cualquier tipo de onda electromagnética penetre en su interior. Supervisando la experiencia estaban Peter Hale, experto en este tipo de pantallas; y Ralph Lowelock, ingeniero en Física Electrónica. A pesar de las fuertes medidas de control, nuevamente se registraron voces claras. Tras estas pruebas, la editorial accedió a publicar el libro de Raudive.
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Además de sus libros, Raudive dejó un buen número de grabaciones en cinta magnética. Buena parte de este material se guardó en un gimnasio en Münster-Vestfalia-Alemania, donde se habilitó una sala dedicada a la memoria de Konstantin Raudive y su mujer Marina, encontrándose expuesto tanto el material documental como los equipos técnicos utilizados en sus investigaciones". (Extraido del libro 'Voces del Más Allá')

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